Instalaciones que reflejaron una retrospectiva del museo. Instalaciones de obras que se mueven, que migran, que con un clic se transforman en otras obras.
Dos bailarines que representan a los miles de hombre y mujeres que vieron esas obras durante cinco décadas y a otros miles que las verán hoy.
Con fondo de ópera electrónica un hombre en sombras va cargando obras de las ediciones pasadas, el público también se hace partícipe del recorrido y la pintura está ya en manos de todos.
Dentro, dos bailarines van dándole clik a las diapositivas que sobre telones blancos muestran otras obras. Dos cajas contienen videos íntimos y cercanos, imágenes que pasan rápidamente y sonidos que se mezclan audibles solo para quien está con la mirada fija en los orificios de las cajas y los oídos atentos en los audífonos.
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